
El cannabis puede ayudar a combatir las adicciones
El estudio “Cannabis para el tratamiento de las adicciones” es una investigación realizada por el psicólogo clínico y doctor en farmacología José Carlos Bouso para la Fundación Canna. En este estudio Bouso realiza una “revisión crítica” de lo que implica el concepto de las adicciones modernas así como las posibilidades y horizontes que tiene el cannabis en los tratamientos de las adicciones químicas. Se trata de un artículo polémico que busca revisar el concepto común de la adicción y propone nuevas alternativas para abordar este problema social. No sin antes hacer una crítica a como la ciencia médica tradicional ha abordado el fenómeno y por último, dando evidencias de como el cannabis puede ayudar a combatir las adicciones químicas de los individuos.Sobre la adicción a las drogas
En el mundo de la farmacología existe un organismo encargado de marcar pauta en cuanto a la definición del abuso y la adicción a las drogas, se trata del Instituto Nacional de Abuso de Drogas de los Estados Unidos de América. Para ellos, el concepto de adicción hegemónico es el siguiente: “La adicción se define como una enfermedad crónica y recurrente del cerebro que se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo de drogas, a pensar de sus consecuencias nocivas”. En términos médicos lo que esta explicación quiere demostrar es que los individuos consumen y se vuelven adictos porque las drogas químicas afectan el “circuito de recompensa” del cerebro. Lo que hace que la liberación de dopamina –la sustancia que nos hace sentir placer, euforia y felicidad- sea superior a los controles naturales del cerebro para generar una advertencia. Situación que en último caso hace que el individuo siga consumiendo con el fin de sentir placer, más allá de las propias advertencias del cerebro de que lo que realiza le puede afectar su salud. Sin embargo, lo que propone Jose Carlos Bouso en su investigación es que este concepto peca de biologicista, pero no de manera inocente, sino con la intención de beneficiar a las grandes empresas farmacéuticas con el objetivo de conseguir financiación para la creación de un medicamento que pueda curar químicamente la adicción a estas sustancias. En conclusión, podemos decir que la visión de este estudio parte de la siguiente premisa: las adicciones no son químicas sino conductuales, y por tanto, modificando la conducta de los pacientes, se pueden superar las adicciones. Para reforzar esta hipótesis, Bouso plantea que la mayoría de los pacientes crean adicciones y salen de ellas de manera completamente individual.
La presión cultural sobre los conceptos de adicción
El concepto de adicción ha cambiado con el paso del tiempo, lo cual no hace sino demostrar que se trata de un concepto histórico. Por tanto es un concepto transformable en el tiempo según sean los patrones culturales, morales y éticos de una determinada sociedad. Elementos que ayer eran prohibidos, como el café en la Rusia zarista o el alcohol en los Estados Unidos de principio de siglo, hoy son ampliamente comercializados alrededor del mundo. Y si bien el alcoholismo es considerado un serio problema en muchos lugares del planeta ¿No somos acaso todos los días bombardeados por publicidad que nos invita a consumir una determinada marca de licor? La idea de tomar la adicción y sus prohibiciones como un concepto netamente histórico, nos invita además a pensar en otros horizontes. ¿Cuántos elementos que hoy en día son considerados ilegales y moralmente reprochables, como el consumo de cannabis, podrían ser consumos cotidianamente en un futuro próximo? La verdad, es que ya está sucediendo ante nuestros ojos…¿Puede ser utilizado el cannabis contra la adicción al alcohol y el tabaco?
El enfoque de Bouso a la problemática de las adicciones, es como ya dijimos, conductual. Esto quiere decir que para él, la adicción atiende a la lógica del hábito según reforzadores y castigos y no a la dependencia química de la persona. Para justificar su postura, Bouso propone dos cuestiones: la primera de ellas es que la dopamina no solamente es liberada en situaciones de placer, sino también en situaciones de peligro o castigo. La segunda de ellas es que existen drogas (como los opiáceos) que no liberan dopamina y sin embargo, existen adictos. Y dado que para este investigador la adicción se puede superar logrando la modificación del hábito, ha decidido proponer un enfoque alternativo a los medicamentos químicos. Llegados a este punto se vuelve necesario realizar una aclaratoria importante: Bouso, siendo coherente con su planteamiento, no plantea el cannabis como un medicamento alternativo, dado que, insistimos, no ve la adicción como una enfermedad cerebral. En cambio, plantea el uso del cannabis como una alternativa para mejorar el manejo de la ansiedad en la modificación del hábito del adicto. Para ello, ha realizado una importante investigación etnográfica sobre estudios pre-clínicos en pacientes adictos al crack en los países de Brasil y Jamaica. Según esta investigación bastante relevadora, se logró determinar que el uso de cannabis como herramienta para manejar la abstinencia y la ansiedad en el proceso del cese del consumo de crack por parte de los adictos era positivo. Y que cerca del 60% de los pacientes que utilizaron está técnica lograron superar la adicción en un plazo de seis semanas, logrando mantenerse limpios a lo largo de los 9 meses que duró la investigación en ambos países.
Los estudios clínicos con CBD
A pesar de esta experiencia pre-clínica que da muestras de la posible viabilidad del uso del cannabis como herramienta para manejar la ansiedad en el proceso de la modificación del hábito del adicto, todavía no existen estudios científicos al respecto. Sin embargo, lo que si se ha realizado de manera oficial, es un estudio con respecto al CBD como herramienta para manejar el “craving” a diferentes sustancias en pacientes dependientes. Estos estudios primeros llevados a cabo a través de la investigación animal y posteriormente en voluntarios sanos, fueron lo suficientemente positivos como para llevarlos a cabo en pacientes dependientes. Teniendo como conclusión un resultado favorable a la disminución del “craving” y de la ansiedad.¿Qué nos depara el futuro?
La realidad es que al día de hoy no existen casos de personas muertas por sobredosis de cannabis en una ninguna de sus presentaciones. Esto hace de la droga una sustancia fisiológicamente muy segura, lo que da una serie de puntos a su favor. Esto no significa que pueda ser aplicada en todos los casos, ni sobre todos los pacientes. Pero si abre una nueva posibilidad médica, para lo que será necesario modificar la concepción tradicional sobre la adicción y los motivos que la detonan. ¿Veremos tratamiento de cannabis para el cambio de hábitos en el paciente dependiente de otras sustancias? Quizás sea muy temprano para saberlo, lo que sí está claro, es que es una alternativa completamente viable.Entrevista a José Carlos Bouso, doctor en Psicología clínica y farmacología